domingo, 29 de junio de 2008

Julio Cortazar y el psicoanálisis

Pensaba en un aspecto que supongo similar en Julio y en Freud. Suena a clisé. Pero me pareció muy interesante recortar que ambos, entre seguramente infinitas cosas más, hacen del desecho de sus respectivas "disciplinas madres" - la literatura y la psicología, respectivamente - el objeto de su interés y creación.
En el caso de Sigmund Freud, toma los sueños, los fallidos, todo lo inexacto e inexplicable hasta el momento, y decide enfocarse en ellos para convertirlos en el sello principal quizá y columna vertebral de su obra. Julio Cortázar, por su parte, se para sobre el lenguaje, lo investiga, para luego forzar su desmezcla, su revolución. Juega con las palabras y las formas, con las reglas y las costumbres, para inventar un maravilloso y estético caos de letras que resiste a toda tradición.
Marcas, huellas de la versatilidad y apertura de ellos mismos y de lo novedoso y original de sus obras...

Recomiendo convencida a todos quienes disfruten de la sorpresa, los interrogantes y la diversidad, que se acerquen a la obra de Julio Cortázar. Y en primer lugar, a Rayuela. Creo que en ese libro, se desnudan muchas "huellas" del escritor. Sus ideales encontrados, sus dos mundos. La racionalidad, lo exacto, lo previsible, nunca completo, y siempre mezclado e invadido por chispas de "lo fantástico". Justa expresión, no solo el contenido, la historia, sus personajes, sino también su disposición y paisaje, de lo múltiple, del interminable camino de la tierra al cielo y de los matices del espíritu.