lunes, 8 de marzo de 2010

Ruego que tu indiferencia haya sido de esas indiferencias simuladas e incómodas. Esas de cuando se sabe que se hizo algo muy malo.
No quisiste ser atrapado por mi mirada, porque sabés, creo que de eso estás seguro,
que mirada te acusa.
Y mi indiferencia, mi propia indiferencia, te denuncia.

Me alegré con el alma de verte solo y huidizo.
Comprobé que tu presente es el de una de esas personas con pasado oscuro.
Presente de soledad y miseria.
Espero no equivocarme.
Miseria te deseo. Pobreza en tu alma.
Espero no haberme equivocado, pues miseria vi cuando te vi.
Escondiéndote de vos mismo, de lo que fuiste e hiciste.
Porque hoy lo sabemos los dos.
Sabés que lo sé, que lo tengo presente,
y hoy, eso espero, solo te queda la miseria.