miércoles, 5 de noviembre de 2008

Las palabras se mezclan y se expulsan unas a otras con fuerza. Se pegan en las paredes. Las ensucian.

Eternidad y brisa fresca
Persianas negras. Solitarias.
Oscuro ropaje. Adherido y pegajoso.
Y los pájaros infinitos de siempre.
Flores en el jardín.
Coloridas. Y plomo en la espalda.
Confusas ideas-palabras.
Amor.
Angustia.
Vida. Y más vida.
El cielo despejándose de gris.
Las nubes corren furiosas y dudan.

Viejo y conocido recurso para un decir sin decir nada.
El lenguaje enmudece y el alma grita.

3 comentarios:

Ali G. dijo...

si es que el grito y el silencio se pueden separar...

fluyo como agua por los canales en las manos...
me saboreo sus letras

saludos y abrazos

DS dijo...

"Confusas ideas-palabras" tiene cierto redoblamiento interesante: porque "ideas" ya implica "palabras", y "palabras" ya implica "confusas", y entonces "confusas" ya implica "ideas", y así.
Viejo y conocido recurso, es cierto, pero único modo de decir, ese de decir nada.
Saludos!!

Daro

La Maga dijo...

es que a veces las palabras pesan, y vale decirlo, y lo que se redoble, creo, en este caso, es el deseo de no decir, de no escuchar, que loco no? de no escuchar, pero coincido también, difícil separar el grito del silencio. A veces el silencio se convierte en grito y en nudo en la garganta, y a veces en calma. Ojalá pudiere, al menos por momentos, vaciarme de palabras...
Gracias por pasar (y, claro, por las palabras, esas de las que quiero vaciarme y que a la vez agradezco?)