viernes, 29 de octubre de 2010

El miércoles 27 de octubre, fue feriado ya que se realizaba el censo nacional.
Ese día como pocos en los que no tengo que ir a trabajar, me levanté temprano. En el desayuno, recibí la noticia “SE MURIO NESTOR K!”. Así, sin más y en letras mayúsculas, mi mamá me puso al tanto de manera brusca, que me generó en el pecho una sensación repentina parecida al susto. Me impresionó, me impactó. Eso fue el comienzo. Seguido me acechó una sensación de no poder creer, quedé atónita. Más tarde llegó una enorme tristeza, que hasta el día de hoy se queda en mí.
No suelo quedarme pegada a las noticias mediáticas, pero claro está que esto es diferente. Fue y es diferente. O yo lo veo diferente, mejor dicho.
Lo que me alegra de esto y me llena de esperanza es la cantidad de gente que mostró respeto y apoyo hacia nuestra presidenta.
No entiendo, me da bronca. Es la primera vez que un gobierno, que un partido “oficial” lograba casi… casi… enamorarme, esperanzarme. A lo largo de mis votaciones, desde los 18, me aboqué a partidos de izquierda, despreciando siempre, siempre, al peronismo, al radicalismo y a cada uno de los ismos vetustos, poderosos y corruptos que conocía hasta el momento. Desde Menem, que se me hizo demasiado cuesta arriba creer. El fue el culpable de que llorara cuando ganó Néstor allá en el 2003. Porque provenía de un sector que yo creía que nada tenía para ofrecer a la sociedad.
El tiempo me fue llevando hacia otras posiciones. Ya para Cristina, estaba de ese lado, “del lado de ellos”, que ya poco me importaba qué ismo los denominaba. Porque fueron sus acciones, su política de derechos humanos, sus tapones de punta a la bosta del Jockey Club y todo eso que tanto desprecio, el fin de las AFJP… Su Ley de Medios, su asignación por hijo… Es cierto que entiendo poco y nada de medidas económicas, de movimientos financieros, pero intento mantener la mirada de la lógica y el sentido común. Y a cada cosa que me fui enterando intenté pensarla desde la brújula del hambre y del sufrimiento humano. Y realmente les creí que tenían el mismo horizonte. Y aún les creo. Acompaño el proyecto, por más que el líder hoy esté muerto.
Todavía me parece algo raro e incómodo escribir estas líneas, ya que nunca me imaginé estar de este lado. Me leo y percibo un dejo de ingenuidad que otros podrán escuchar como fanatismo, pero no es.
No sé muy bien cómo explicarme que hoy esté tan compungida, aún siento cierta vergüenza de llorar por alguien a quien no conozco, pero es lo que siento.
Me alegra haber estado el miércoles a la noche en la plaza y sentir en el pecho los aplausos del pueblo que se acercó espontáneamente a acompañar. Espero que el respeto que veo, que las opiniones calmas y reflexivas que escucho sean ciertas, y que marquen el comienzo de otra era. O la continuación pero mucho más consolidada y despierta.
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“En síntesis, eleven neo-pliegos de condiciones, festejen, gorileen, viven a las coronarias de Kirchner como antes a sus carótidas y al cáncer de Eva, supongan que se acabaron la ley de medios y que la yegua no debería soportar semejante tensión. Pero, por las dudas, uno les aconsejaría que adviertan la ya masa de gente joven politizada y movilizada y el número de los que se plantean lo que hay enfrente de lo que putean.”
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-155838-2010-10-28.html
De “Los muertos que vos matáis”
Fuente Página 12
Por Eduardo Aliverti
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2 comentarios:

DS dijo...

Maga, comparto no sólo el contenido de lo que aquí decís, sino también su tono. Debemos desprendernos de ese miedo a ser tratados de "ingenuos" o "fanáticos". Se veía bien ese miércoles, en la plaza, en la gente que tenía al lado, que justamente faltaban esas dos características: ningún fanatismo (solo dolor, y la apuesta a renovar la esperanza) y ninguna ingenuidad (se estaba bien advertido, creo, de por qué era necesario estar allí). Fue la primera vez que participé de un acto masivo (exceptúando recitales y cosas por el estilo, claro está... se entiende a qué me refiero). Yo también, hijo de una cierta época, los 90 (y eso por haber nacido en los 80) rechazaba la política, al menos la partidaria. Y más allá de aciertos y errores, eso que llaman kirchnerismo me hizo recordar la importancia de lo político.
Suficiente para entristecerme y, también, para esperanzarme.

Saludos,

Darío

La Maga dijo...

Qué bueno Daro, me alegro que seamos muchos los que pensamos, bien, mal, no sé, pero pensamos. Y eso ya es bastante...
También fue mi primera vez en este tipo de convocatorias, y me pareció impresionante, emocionante. Más que nada por lo que decís vos, porque quedaba claro del por qué de esa noche en la plaza.
Lo malo que encuentro hoy, a poco más de una semana, es que comienzan ya a aparecer los comentarios chatos que hasta ahora se mantenían a raya. Pero bueno, eso es ya una historia nueva y habrá que estar bien atentos de acá en más...
Creo que está algo desordenado lo que escribí. Espero que se entienda. Otra vez te digo que me pone contenta tu comentario.
Besos!